Sé Diferente

José podría haber culpado a las circunstancias o los malos ejemplos que tuvo a su alrededor para llevar una vida desordenada y apartada de Dios. Durante sus primeros diecisiete años su familia fue disfuncional, es decir, no funcionaba como una en donde sus miembros se apoyaran, no había comprensión y distaba mucho del plan original de Dios. Ante esas circunstancias, algunos imitan el mal ejemplo, otros se escudan en los errores de quienes los rodean, otros más se llenan de rencor y amargura. Afortunadamente, José no incurrió en ninguna de estas emociones o malos ejemplos. Decidió ser fiel aún en Egipto, lugar en que nadie lo conocía, pero era consciente de la presencia de Dios a quien acudió de inmediato. ¿Qué superó José?

Rivalidades. Su padre tenía cuatro esposas; José tenía un hermano y once medios hermanos (Génesis 29: 31-35; 30: 1-24).

Engaño. Jacob tenía por costumbre hacer trampas para conseguir lo que quería lo antes posible (Génesis 30: 25-43).

Hurto. Raquel, la mamá de José, robó a su propio padre (Génesis 31:19).

Violencia. La hermana de José, Dina, fue deshonrada (Génesis 34: 2, 31).

Asesinatos. Simeón y Leví, dos de sus hermanos, se convirtieron en engañadores y asesinos (Génesis 34:13, 25).

Idolatría. La mayoría de los miembros de la familia de José tenían idolos (Génesis 35: 2, 4).

Orfandad. La mamá de José murió (Génesis 35: 16-18).

Rechazo. Experimentó en carne propia que sus hermanos quisieran matarlo, aunque finalmente terminaron vendiéndolo como esclavo (Génesis 37:18, 36).

Cuando José decidió someterse a Dios sin reservas, el resultado fue evidente. Contrario a la mayoría, llegó a ser obediente, confiable, moralmente puro, fiel, honesto, humilde, perseverante, entre otras cualidades. Las desventajas en la familia de José nos enseña que hay circunstancias y entornos que no podemos cambiar, pero no importa cuán adversos sean, es posible con la ayuda de Dios distinguirse por la fidelidad a su Palabra y a los principios que en ella aprendemos. Nunca te escudes con el razonamiento de desobedecer porque muchos viven así y aparentemente no pasa nada.