Regresar

Ezequías

Play/Pause Stop
Ezequías puso su confianza en el Señor, el Dios de Israel. Entre todos los reyes de Judá que hubo antes o después de él, no hubo ninguno como él» (2 Reyes 18: 5).

La biografía que la Biblia presenta de Ezequías es alentadora. ¿A pesar de que su padre fue el rey Acaz, que se distinguió por su desobediencia de su éxito delante de Dios? La respuesta la encontramos en el versículo 6: «Permaneció fiel al Señor y nunca se apartó de él, sino que cumplió los mandamientos que el Señor había ordenado a Moisés».

Además, se caracterizó por ser un restaurador nacional de la vida espiritual. Estableció las condiciones para que la gente tuviera la oportunidad de renovar el pacto con Dios y pudieran adorarlo en plena libertad y en un entorno favorable. Por ejemplo: «Él fue quien en el mes primero del primer año de su reinado abrió las puertas del templo del Señor, y las reparó»> (2 Crónicas 29: 3). Por mucho tiempo el templo había estado cerrado. Su propio padre, Acaz, lo había cerrado (2 Crónicas 28: 24). Hacía casi doscientos años que Salomón lo había edificado y dedicado con una gran fiesta; ahora, Ezequías organizó otra fiesta espiritual para reanudar los servicios de adoración. Esto implicó no solo la reparación material, sino también la purificación de las personas que iban a oficiar.

Asimismo, organizó que el pueblo participara de la Fiesta de la Pascua, «porque antes no la habían celebrado con mucha asistencia, como estaba prescrito» (2 Crónicas 30: 5). La Biblia se concreta a señalar que «hubo, pues, mucha alegría en Jerusalén, porque desde los tiempos de Salomón, hijo de David y rey de Israel, no había ocurrido nada semejante en Jerusalén» (vers. 26).

El resultado de buscar a Dios fue la destrucción de todas las imágenes y estatuas de Asera. Incluso, el pueblo había llegado al extremo de adorar la serpiente de bronce que Dios le había indicado a Moisés fabricara como representación de la salvación; así que también la destruyeron (2 Crónicas 31: 1; 2 Reyes 18: 4).

Los pasos fueron sencillos: primero una entrega a Dios mediante la adoración en el lugar indicado, el canto, los sacrificios, la Pascua; en consecuencia, el pueblo tuvo valor para despojarse de lo que le estorbaba.

Matutina para Android