La Invitación de la Sabiduría

En primera instancia la voz de la sabiduría se manifiesta mediante padres temerosos de Dios, atender a sus indicaciones a seguir el camino del Eterno se compara a portar una corona, un adorno o un collar (1: 8-9). Su consejo es evitar las malas compañías, evitar a aquellos que te sugieren obtener dinero rápido como sea. El apóstol Pablo escribió: «No se dejen engañar. Como alguien dijo: "Los malos compañeros echan a perder las buenas costumbres"» (1 Corintios 15: 33).

Además, la sabiduría se presenta como una voz que clama en la calle, en las plazas, en los sitios más concurridos. Aunque muchos pueden pensar que lo que impera es el mal, también es cierto que el bien se encuentra en los lugares más inesperados. ¿Qué es esta voz? Es la voz de Dios. Ante cada alternativa equivocada presenta una salida adecuada y una opción viable que no destruye sino edifica.

Sin embargo, la mayoría se niega a aceptar la invitación. «Yo los he llamado, los he invitado a venir, pero ustedes no han querido hacerme caso. Al contrario, han rechazado mis consejos; no han querido recibir mi corrección»> (Proverbios 1:24-25). Con cierta ironía el autor destaca el instinto de las aves que las llega a librar de las acechanzas del cazador que les coloca una trampa; en cambio, es el mismo insensato quien se coloca la trampa.

La invitación y la negación recuerda la parábola que presentó Jesús registrada en Lucas 14: 16-24. En tal ilustración Jesús destacó el rechazo a asistir a un gran banquete. La gente presentó razones de poco peso comparadas al privilegio de acudir. No obstante, esa negativa no cambió los planes de Dios. El organizador ordenó a sus siervos ir a las plazas, calles y callejones; incluso a la periferia, con el único propósito de invitar a cuantos encontraran. Ahora el resultado fue diferente, muchos accedieron y la fiesta se celebró.

Hoy, aún es el momento de la oportunidad para aceptar la voz que llama a tu conciencia a seguir el camino de Dios. Llegará el momento en que muchos desearán la invitación cuando ya no exista esa oportunidad (vers. 28). El profeta Isaías lo afirma así: «Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo, llámenlo mientras está cerca» (55: 6).