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Dios lo sabe todo de ti. Eso es lo que dice la Palabra en el Salmo 139. Lo sabe todo de ti por una de sus asombrosas cualidades: la omnisciencia.
Omnisciencia es el “conocimiento de todas las cosas reales y posibles, atributo exclusivo de Dios”.3 Este conocimiento divino de todo, tanto de lo real como de lo posible, no está limitado a un tiempo ni a un lugar: Dios sabe todo lo pasado, lo presente y lo futuro, así como sabe todo lo que pasa debajo del sol. Dios conoce no solo lo que decimos o hacemos, también lo que pensamos y nunca llegamos a expresar.
Dice el salmista: “Tú me has examinado y conocido. Tú conoces mi sentarme y mi levantarme; desde lejos entiendes mis pensamientos. [...] Conoces todos mis caminos. Aún no está la palabra en mi lengua, y tú, Señor, la sabes toda. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí, demasiado alto para alcanzarlo” (Sal. 139:1-6). Estoy de acuerdo con David: esto, uno lo puede escribir, leer o decir, pero está más allá de nuestra comprensión. Es algo único, y define a nuestro Dios como un ser digno de ser adorado, temido y reverenciado.
Y aún hay más: “Tú formaste mis entrañas, me cubriste desde antes de nacer. [...] No fueron encubiertos de ti mis huesos, aun cuando en oculto fui formado. [...] Tus ojos veían mi embrión, todo eso estaba escrito en tu libro; habías señalado los días de mi vida, cuando aún no existía ninguno de ellos” (Sal. 139:13, 15, 16). Dios nos conoció desde antes de que naciéramos; sabía los rasgos físicos que tendríamos; el lugar, los padres y las circunstancias en que naceríamos. ¡No eres un accidente! Dios ha estado al tanto de cada detalle de tu vida, y en su libro te tiene registrado. Dios hizo anotaciones acerca de ti, de cada una de las cosas que has pasado, estás pasando y pasarás.
Muchos reniegan de su físico, de su familia o del lugar en que viven. Malgastan tiempo y energías explicando cómo la vida los ha rodeado de dificultades que les impiden triunfar. Pero el Salmo 139 enseña que, no importa quién o cómo seas, Dios tiene un plan contigo, una misión para que cumplas con ese físico, con esa nacionalidad, en ese lugar y en las circunstancias en que te encuentras. Confía, estás en buenas manos.