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Al retrato de Dios que Pablo nos regala en el texto de hoy, yo lo llamaría “Plenitud”. Si tan solo pudiésemos leer cada frase y meditar en las implicaciones que tiene para nosotros, seríamos muy bendecidos. Permíteme, por favor, hacer un humilde intento.
“Un solo Dios”. Esto significa no solo que Dios es único, incomparable e inimitable, sino también se nos muestra dónde comienza y termina todo, cuál debe ser el centro de nuestra vida, a quién hemos de dar cuentas, a quién tenemos que consultar y en quién debemos esperar. Yo puedo llegar a ser muchas cosas, puedo ocupar altas posiciones, puedo desempeñar un cargo importante, pero ojalá no llegue a sentirme tan grande como para olvidar que hay un solo Dios. ¡Y no soy yo! Es Jehová, el Señor.
“Padre de todos”. Esto significa que, sean cuales fueren nuestras diferencias, todos somos hermanos, hijos del mismo Padre. Dios no es Padre de algunos, tío de otros y abuelo del resto. Él es el Padre de todos. Si tan solo nos ubicáramos a la luz de esta declaración, tendríamos una mejor idea de nuestro valor y del valor de los demás. No habría necesidad de levantar tantas barreras entre nosotros y nos sería más difícil dañarnos unos a otros.
“El cual es sobre todos”. El mundo no gira alrededor de nosotros. Solo nuestra ignorancia puede hacernos creer que estamos en el control de las cosas. La historia va hacia donde Dios dice que vaya, y yo debo entender que, en mi familia, en mi trabajo, en la iglesia y en mi propia vida, Dios está por sobre todos, no solo por sobre mí.
“Por todos”. Si Dios es por todos, lo cual me incluye, entonces no necesito vivir con miedo, porque no dependo de lo que me pueda hacer el hombre: mi futuro está en las manos de Dios. Puedo sentir seguridad de mi salvación porque el Salvador está a mi favor y, por lo tanto, saldré favorecido y victorioso.
“En todos”. No tengo que ver la vida como una competencia entre mis prójimos y yo. Dios nos ama a todos por igual y está obrando en todos. No tengo que desarrollar el complejo de que solo mis ideas son buenas y solo mis planes funcionan.
Dios interviene en la vida de todos; nos bendice y nos usa a todos con el mismo amor.