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¿Cuántas Veces Te Has Quedado a un metro?

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«A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece» (Fil. 4: 13).

Cuenta una historia que unos buscadores de oro compraron un terreno convencidos de que en él había grandes cantidades del precioso metal. Invirtieron en maquinaria y se dedicaron a la búsqueda... sin éxito. Finalmente se rindieron y decidieron vender el terreno. Justo a un metro de donde habían terminado los buscadores de oro, los nuevos propietarios comenzaron las excavaciones para construir una casa. ¿Qué descubrieron? Oro... ¡y mucho!

Dime, ¿cuántas veces te has quedado a un metro de un sueño, de una meta, de un objetivo o un deseo noble? Una causa común de fracaso es el hábito de abandonar cuando te ves inmersa en una frustración temporal (como no aprobar un examen, no ser elegida en algo, no verte capaz de hablar en público...). ¿Qué harás con esa frustración? ¿Te desinflarás como un globo o convertirás cada aparente fracaso en una experiencia educativa para impulsarte hacia tus metas? De metas nobles estamos hablando, por supuesto.

El fracaso es sencillamente una frontera que abre caminos ante ti; qué camino tomar es la decisión más importante. Para ayudarte a elegir el mejor camino, comparto contigo estas ideas sobre qué hacer ante un «fracaso», error, o metedura de pata.*

> Acepta que forma parte de la vida, perdónate y extrae una lectura correcta de la experiencia.

> Refuerza tus valores, tu iniciativa y tu capacidad para enfrentarte a situaciones nuevas.

> No te trates mal. No te digas nada que no le dirías a una amiga o a un familiar. Si a los demás les darías ánimos para intentarlo otra vez, ¿por qué no lo haces contigo? Tratarte de forma severa no sirve para aprender, sirve para sentirte mal. Trátate de forma compasiva.

> Piensa: «¿Esto va a ser importante dentro de tres años?». Sufrimos de más en ocasiones porque perdemos el sentido de lo que realmente es importante.

> No dudes de Dios ni de ti. La duda debilita.

> No te inhibas por decisiones pasadas. Lo hecho, hecho está; no se puede cambiar.

> Fomenta la dignidad y ofrece una disculpa para restablecer la confianza.

> Intenta no repetir los mismos errores.

El fracaso es una asignatura obligatoria para el verdadero éxito cristiano.

«Gestionar bien la frustración provoca un cambio de dirección cuya meta es el éxito». Enric Corbera.

* Joan Carles March, «Aprender del fracaso como camino hacia el éxito», Granadadigital, 9 de septiembre de 2018.

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