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Cuando Lo Poco Es Mucho

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«Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas» (Luc. 12:15).

John Bunyan (1628-1688), predicador inglés y autor de El progreso del peregrino, era hijo de un comerciante, y un joven con muy poca educación formal, cuando se casó. Su esposa era una mujer muy pobre, cuya dote consistió en dos libros: Plain Man's Pathway to Heaven [El camino al cielo del hombre sencillo], de Arthur Dent, y Practice of Piety [La práctica de la piedad], de Lewis Bayly. Nada de dinero, nada de fincas ni de casas, solo dos libros; sin embargo, «estas obras influyeron en la decisión de Bunyan de seguir una vida religiosa».*

Impactado por la lectura de esos dos libros que constituían toda la dote de su esposa, Bunyan profundizó en su conocimiento de Dios y en su relación personal con él, y llegó a escribir una de las más influyentes obras clásicas de contenido religioso que se hayan publicado. Traducida a más de doscientos idiomas, El progreso del peregrino relata de manera alegórica el camino del cristiano hacia la salvación, inspirando a los lectores a avanzar por ese camino. Qué manera de «sacar el mejor provecho posible de lo poco».

Una dote de dos simples libros, que aparentemente no era nada, cambió la vida de una persona que, gracias a la transformación que experimentó con su lectura, llegó a ser una influencia en el mundo a favor del bien. Sin embargo, cuántas veces recibimos «dotes» de alto valor económico que tienen el potencial de alejarnos de Dios, convirtiéndonos en influencias a favor del materialismo y la superficialidad. Jesús nos invita a reflexionar seriamente en esto cuando pregunta: «¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida?» (Mar. 8: 36). Te lanzo esta pregunta hoy porque es importante tener una respuesta. Como sabes, «donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón» (Mat. 6: 21).

«Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale entendimiento que plata», leemos en Proverbios 16: 16. Así que «no nos fijemos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas» (2 Cor. 4:18). «A pocos se les pueden confiar grandes riquezas debido a la fuerte tentación de apegarse a ellas y descuidar la preparación para la vida venidera», afirma el Comentario bíblico adventista.** Que lo poco que tenemos nos ayude a desarrollar un carácter el cielo; ¡eso sí es sacarle el máximo provecho!

«Tiene que aprender una lección: sacar el mejor provecho posible de lo poco». Elena G. de White.

* https://es.wikipedia.org/wiki/John_Bunyan.

**Comentario a Proverbios 15: 16.

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