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Muchas personas están solas; viven solas y se sienten solas, aunque las veas tan profesionales en la oficina y tan sonrientes en la iglesia. Lo sé, porque vivo sola, y porque leo la prensa y constato cómo ya en dos países existe un peculiar reconocimiento público a esta realidad social.*
En el 2018, el Reino Unido nombró una Secretaría de Estado contra la soledad para combatir esta situación que afecta a más de diez millones de británicos. En 2020, Japón nombró un ministro contra la soledad, para que ponga en práctica medidas que ayuden a las personas solas en el país nipón, que prevé que para 2040, el 40% de los hogares japoneses serán unipersonales.
Tal vez te estés preguntando por qué tendrían las personas solas una necesidad diferente o especial que no presentan las que viven acompañadas. Lo cierto es que, entre este grupo social, los índices de suicidio son más elevados y la depresión campa a sus anchas. Me gusta el esfuerzo de estos gobiernos por entender una realidad difícil como la de las personas que viven solas, particularmente las que tienen cierta edad o problemas de salud. Me gusta, por dos razones: 1) porque existe poca sensibilidad al respecto, lo cual las hace sentirse aún más solas (y créeme que es peor sentirse sola que estar sola); y 2) porque la soledad es vista como un estigma social. Entender la peculiaridad de la persona sola requiere una sensibilidad también peculiar.
En Colosenses 3: 12, leemos: «Como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable» (NVI). Afecto entrañable... qué entrañables palabras. ¿Te imaginas si cada una de nosotras las asumiera como un llamado, y decidiéramos mirar a quien está solo (física o emocionalmente) para llevarle un poco de afecto? Como escogidas de Dios, santas y amadas, nos estaríamos revistiendo de una manera de vivir que marcaría la diferencia en esas personas que, como el Salmista, exclaman: «Mírame, Señor, y ten compasión de mí, porque estoy solo y afligido» (Sal. 25: 16). Mirar; sentir compasión y actuar; realmente entrañable; puro cristianismo. Sin duda una manera de vivir totalmente virtuosa.
«Ministra contra la soledad del corazón del prójimo», ¿no te parece un llamado pleno de sentido? Llevar ánimo a los corazones encerrados que han aprendido no solo a no pedir ayuda, sino a no mostrar lo que corre por dentro.
«La soledad nunca es más cruel que cuando está cerca de alguien que no muestra ningún interés en hacer compañía». Anónimo.
https://elpais.com/internacional/2021/03/21/mundo_global/1616345219_386599.html
[consultado en septiembre de 2022].