|
¿Has oído hablar de los trampantojos? En el ámbito de la cocina, un trampantojo es una atractiva elaboración que tiene como objetivo engañar tu vista, haciéndote creer que vas a comer algo que, en realidad, no es eso. Por ejemplo, un plato «de aceitunas» que, cuando las muerdes, son esferificaciones de queso; o una cabeza de ajo que, al llevarla a la boca, resulta ser un helado de nata. El choque cuando descubres la realidad es total. A la hora de elaborar trampantojos, las claves son la creatividad del cocinero y su dominio de las técnicas culinarias.
Con las tentaciones del diablo, sucede algo similar. Siendo como es un ser que domina la creatividad, así como las técnicas del engaño, Satanás pone delante de nuestros ojos atractivos objetos, situaciones, placeres, productos, metas o experiencias que parecen ser una cosa (parecen satisfacer las necesidades más profundas de nuestro ser) pero, en realidad, esconden otras que, lejos de llevarnos a la plenitud, nos llevan al vacío. Cuando descubrimos la realidad que se esconde detrás de esas tentaciones del gran engañador, el choque es terrible, como a veces también lo son las consecuencias para nuestra vida física y espiritual.
«Por una vez que lo pruebes, no vas a volverte adicto»; «si no hace mal a nadie, no tiene nada de malo»; «si te hace sentir bien, adelante»; «la vida son dos días, así que disfruta»; «Dios dice que no lo hagas, pero es porque es un ser represivo e injusto»... En fin, esas son las tácticas que usa desde el principio el gran enemigo de las almas, y que ha tenido milenios para dominar hasta la perfección, como un experto chef elabora sus trampantojos. ¿Por qué cambiaría sus estrategias si le han dado tan buen resultado con la humanidad?
Elena G. de White escribió: "Cuanto más cerca estés de Jesús, más imperfecto te reconocerás; porque verás con mayor claridad tus defectos, en manifiesto y evidente contraste con su perfecta naturaleza. Esta es una señal cierta de que los engaños de Satanás han perdido su poder y de que el Espíritu de Dios te está despertando" (El camino a Cristo, cap. 7, p. 97). Acercarnos a Jesús para despertar espiritualmente; solo así reconoceremos los engaños en que hemos caído y Satanás perderá su poder sobre nosotras.
Estando Jesús en nuestro pensamiento (es decir, detrás de nuestros ojos), nuestra vista no será lo más determinante; él es nuestro escudo protector.
«Lo que está detrás de tus ojos tiene más poder que lo que está frente a ellos». Gary Zukav.