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Descifradoras De Claves

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"Jesús dijo: 'Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido'" (Mat. 11: 25-26).

Los navajos, el pueblo indígena norteamericano más numeroso, sufrieron tremendamente a manos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos durante el siglo XIX. Finalmente fueron sometidos y, parte de ese sometimiento, consistió en el intento del gobierno de erradicar su lengua. Pero por esas cosas misteriosas que tiene la vida, un siglo después, en tiempos de rudo conflicto bélico, fue precisamente el idioma navajo que los estadounidenses habían tratado de erradicar de la faz de su tierra- lo que contribuyó a la victoria norteamericana tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo? Gracias a los locutores de claves.*

La misión principal de los locutores de claves navajos que sirvieron en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos era transmitir mensajes en clave, tanto por radio como por teléfono, que el enemigo no pudiera descifrar. Esos mensajes resultaban vitales en la cadena de mando y en la estrategia militar para ganar la guerra. Tras haber utilizado otros códigos que una y otra vez habían sido descifrados con facilidad por el enemigo, dieron por fin con la ventaja estratégica de poder construir sus claves sobre una lengua totalmente desconocida a nivel internacional. Resultaba imposible descifrar el Código Navajo si uno no estaba familiarizado con esa lengua minoritaria, y esto concedió una gran ventaja al ejército estadounidense.

El mundo en el que vivimos, secularizado como está, se siente alejado del claro y sencillo lenguaje de la Biblia. No lo entienden, porque las cosas espirituales se disciernen cuando uno es espiritual. Las mujeres cristianas tenemos una naturaleza marcadamente espiritual. Las cosas de Dios, del alma, de la religión y de la Biblia nos llenan. Y esta es una enorme bendición que gozamos en nuestra vida. Pero lejos de guardárnosla para nosotras mismas, como si los no cristianos fueran el enemigo, tenemos por delante una tarea peculiar: la de saber transmitir, con palabras sencillas (y mejor aún, sin palabras) la esencia misma del evangelio.

Digamos que somos una especie de modernas descifradoras de las claves de la religión, que Dios nos ha transmitido en un idioma minoritario y antiguo. No se trata de saber teología ni de entender hebreo ni griego; se trata de ser humildes aprendices de la Palabra para poder transmitir esos conocimientos a las personas que nos rodean.

"Lo que es espiritual debe ser discernido espiritualmente, y la Biblia es un libro espiritual". Brian D. Jones

* https://es.wikipedia.org/wiki/Locutor_de_claves

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