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Por Eso Confió En él

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«Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí» (Juan 5: 39).

¿Por qué confiar en Jesús? Por supuesto, tú tendrás tus propias razones; para mí, una de las más convincentes es comprobar en su vida cómo fue cumpliendo, en cada detalle, lo que de él decían las Escrituras. A pesar de que tenía plena libertad, no se apartó ni un ápice de la voluntad divina para él expresa en el sagrado libro, y eso me hace confiar en Jesús completamente.

Cuando la gente comenzó a odiarlo, lejos de pedir a sus discípulos que devolvieran el mismo odio, sencillamente les dijo: «Tienen que cumplirse las palabras [...]: "Me odiaron sin motivo"» (Juan 15: 24-25). En vez de huir del lugar donde sería crucificado, «llamó aparte a los doce discípulos, y les dijo: "Ahora vamos a Jerusalén, donde se cumplirá todo lo que los profetas escribieron acerca del Hijo del hombre"» (Luc. 18: 31).

A pesar de saber que le esperaban el maltrato y la muerte, «encontró un burro y montó en él, como se dice en la Escritura» (Juan 12: 14-15), e hizo su entrada triunfal. Durante su juicio, «fue maltratado, pero se sometió humildemente, y ni siquiera abrió la boca; lo llevaron como cordero al matadero, y él se quedó callado» , tal como decía de él Isaías 53: 7.

Cuando Judas lo traicionó, en vez de rebelarse a esa traición, explicó que a través de ella se cumplía lo que habían dicho los profetas (ver Mat. 26: 47-56; Sal. 41: 9). Cuando unos hombres armados llegaron para arrestarlo, él no salió huyendo, sino que afirmó: «Esto sucede para que se cumplan las Escrituras» (Marc. 14: 43-49). Durante la crucifixión, cuando los soldados decidieron no romperle la ropa, sino sorteársela entre ellos, «se cumplió la Escritura que dice: "Se repartieron entre sí mi ropa, y echaron a suertes mi túnica"» (Juan 19: 24). Después, «le dieron a beber vinagre» (Sal. 69: 21); «le desgarraron las manos y los pies» (Sal. 22: 16) y, cuando decidieron no quebrarle las piernas, «estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura que dice: "No le quebrarán ningún hueso"» (Juan 19: 31-37).

Y la lista continúa, dándome todas las pruebas que necesito de que Jesús es el Mesías que vino a someterse a la voluntad divina por nosotros. ¿No crees que hay motivos más que suficientes para confiar también en que volverá a buscarnos? Si se cumplieron ya 332 profecías diferentes en la vida de Jesús, se cumplirán también todas las que están en el futuro.

«¿Sabías que, en su vida, Cristo cumplió 332 profecías diferentes del Antiguo Testamento?». Max Lucado.

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