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La retórica es el arte de hablar. Se trata de convertir ideas simples en frases bien arregladas y proporciona una atracción persuasiva. Oradores como Abraham Lincoln y Winston Churchill dieron discursos sazonados a partir de la retórica, incluyendo recursos como metáforas, comparaciones, hipérboles, personificaciones y contraposiciones. Estas modificaciones a oraciones simples les dieron la fama de hablar bien.
La metáfora, una comparación que no utiliza cómo o parecido a, se ha convertido en una de mis formas preferidas de retórica. Por esto, el capítulo 3 de Santiago es uno de mis favoritos de toda la Biblia. Por ejemplo, Santiago usa una metáfora al comparar la lengua con el fuego. Así como un fósforo pequeño puede incendiar un bosque entero, la lengua puede arrojar palabras que provocan una diferencia en la vida de otros.
¿Cómo usarás el poder de tus palabras hoy? ¿Usarás palabras que menosprecien a otros, o palabras que compartan el amor que Dios te ha dado con tanta misericordia? ¿Palabras hirientes, o palabras consoladoras y animadoras? Procura hacerte el hábito de compartir palabras inspiradoras cada día. Según Santiago, tienen un impacto más grande del que imaginamos.