|
Un grupo de jóvenes de una iglesia puede vender limonada para juntar fondos, mientras que otro puede lavar coches. Pero los grupos realmente originales hacen “guerras de flamencos de jardín”. Un grupo de jóvenes va sigilosamente al patio delantero de un miembro de iglesia y coloca allí un flamenco de patio. El dueño de casa puede pagar 10 dólares para que se lo quiten, o puede pagar 15 dólares para que lo pongan en el jardín de otro amigo. Por 50 dólares, un miembro de iglesia puede mandar diez flamencos al patio de otros amigos; y por 10 dólares puede comprar “seguro contra flamencos” para que no le pase lo mismo. En una iglesia con un ambiente divertido y competitivo, recaudar fondos con flamencos rinde un montón de dinero para el grupo de jóvenes.
Si alguien me mandara un flamenco a mi jardín, yo se lo mandaría de vuelta. Esta es la premisa básica de la recaudación de fondos. Lo que va, vuelve. Y también es el concepto detrás de las palabras de Salomón: “Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás” (Ecl. 11:1). Si damos, recibiremos.
¿Qué tienes que podrías darle a alguien que lo necesite más? Quizá no recibas lo mismo de vuelta, pero Dios tiene montones de recompensas esperando en el cielo.
Piensa y anota algunas cosas que realmente no necesitas y que podrías regalar: