EL CONGELADOR

Porque Jehová, nuestro Dios, es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos (Josué 24:17).

Hace varios años, cayó una tormenta de granizo muy importante sobre mi hogar en Ohio. Dejó huecos en el techo de la casa de los vecinos y dañó la casa rodante, los coches y mi camioneta. Luego de la tormenta, parecía que del suelo habían nacido cuadritos sucios de plástico de todos los tamaños y formas. ¡Hasta encontramos un granizo del tamaño de mi puño cerrado! 

 

Mi mamá, impresionada por el tamaño del granizo, decidió guardarlo. Lo puso en una taza y lo guardó en el congelador para mostrárselo a nuestros amigos y familiares. Mucho después de que el granizo se hubiera derretido en el patio, el granizo en el congelador permaneció aún congelado. 

 

Los congeladores están diseñados para preservar. Generalmente, guardan fruta, cenas congeladas o helado, pero también pueden congelar granizo. ¿Sabías que Dios preserva más que la comida y el granizo? Preserva personas. El pueblo de Israel experimentó este poder protector cuando escapó de Egipto y huyó a través del Mar Rojo. El libro de Éxodo cuenta: “Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios” (Éxo. 14:21-25). 

 

Dios preservó a los israelitas, y puede protegerte también a ti. Ora para que hoy te mantenga a salvo a la sombra de sus alas.