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Dustin entraba con nervios a la joyería. Esperaba encontrar el anillo de compromiso perfecto, pero en lugar de eso, se vio bombardeado inmediatamente por vendedores que intentaban educarlo sobre cada piedra y metal precioso que hay bajo el cielo.
–¿Sabía que los zafiros vienen en distintos colores?
–Bueno, sabía que los hay azules. Sí, creo que sí.
Dustin intentó acercarse al mostrador de diamantes.
–Los rubíes en realidad son solo zafiros rojos.
–¿En serio? ¿Tiene anillos de compromiso con diamantes?
–Sí, aquí. ¡Los rubíes y los zafiros son lo mismo! Solo cambia el color. Todos piensan que los rubíes son una gema diferente, ¡pero no!
Como no acompañé a Dustin en su expedición de búsqueda de anillo, no conozco todos los detalles de la conversación, pero luego de comprometernos pasé varios meses escuchando datos sobre joyas y detalles sobre anillos que él había aprendido en sus excursiones. El dato de que un rubí no es un rubí era uno de los más interesantes.
Siempre creí que, como las personas le habían dado un nombre al rubí, era una gema diferente, totalmente distinta del zafiro, que es mi piedra natalicia. Se ve totalmente distinta, pero el “rubí” es solo otra variante del corindón. Me desilusioné.
Hay muchas formas de mal que parecen entretenimientos inocentes hoy. Tenemos una variedad tan grande de información increíble y horrible en los medios, en nuestra cultura que a veces no notamos la diferencia. Incluso algunos amigos parecen inspiradores y ayudadores, pero en realidad esconden otros motivos. La Biblia dice que “el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz” (2 Cor. 11:14). Procura hacer que sus estrategias parezcan divertidas e inocentes, pero siguen siendo distintas versiones de lo mismo: el mal. Tenemos que enfocarnos en la Biblia y seguir sus lineamientos para nuestro entretenimiento, nuestra vida social, nuestros estudios y todo. Esto nos evitará mentiras y engaños. Un zafiro es un zafiro, no importa el color que tenga.