Regresar

LA SEÑAL DE PEATÓN

Play/Pause Stop
Cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, y los pies de los sacerdotes que llevaban el arca fueron mojados a la orilla del agua (porque el Jordán suele desbordarse por todas sus orillas todo el tiempo de la siega), las aguas que venían de arriba se detuvieron (Josué 3:15, 16).

Las grandes ciudades como Washington D.C. y Boston tienen mis señales de peatones preferidas en las calles: señales con una cuenta regresiva de cuántos segundos quedan para cruzar. Me gusta tener la seguridad de que ningún auto se cruzará en mi camino cuando intento cruzar una calle. Aun así, siempre miro con cuidado en ambas direcciones antes de poner un pie en alguna intersección con mucho tráfico. No siempre confío en que los conductores serán pacientes. 

 

Las señales de peatón, ya sean tecnológicamente avanzadas o no, les dicen a los peatones cuándo se puede cruzar la calle con seguridad. Pero, ¿confiaría la gente en esas señales si los autos pasaran a toda velocidad de cualquier manera? Es difícil saberlo, pero esa situación sería muy similar al cruce del río Jordán, relatado en Josué 3. Dios les dijo a los israelitas que cruzaran el río, comenzando por los sacerdotes que llevaban el arca. Pero en lugar de dividir el río, como había hecho con el Mar Rojo, les pidió a los sacerdotes que empezaran a cruzar antes de que el agua se detuviera. Entonces, “cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán… las aguas que venían de arriba se detuvieron” (Jos. 3:15, 16), y los israelitas pudieron cruzar al otro lado a salvo. 

 

Si Dios te ha dado una señal de que actúes, no necesitas esperar hasta que todo tenga sentido o te parezca una buena idea. Cuando Dios nos llama a una causa, siempre abre un camino. Debemos dar un paso de fe y confiar en que él hará el resto.

Matutina para Android