LA VARILLA DE NIVEL

Porque si alguno es oidor de la palabra, pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era (Santiago 1:23, 24).

Asignar como tarea a mis alumnos que escriban un artículo instructivo sobre cómo hacer algo es como hacer una salida de campo con cada estudiante de la clase… y ellos son los guías. Cada alumno me asombra con sus habilidades ocultas, y yo aprendo un poquito más sobre ellos cuando leo sus instrucciones. Algunos comparten sus talentos culinarios, algunos sus habilidades para la jardinería, y otros su amor por la vida saludable. Este semestre, mi alumna Chloe explicó cómo fabricar maquillaje duradero, Jakub delineó los pasos requeridos para hacer malabares con una pelota de fútbol, y Frank escribió una receta para un delicioso platillo asiático. Zack escribió un artículo especialmente práctico y útil: cómo cambiar el aceite de la cortadora de césped. 

 

Zack podría haber comenzado su artículo explicando cómo drenar el aceite de la cortadora de césped, pero retrocedió un par de pasos más para mostrarle a sus lectores cómo revisar el aceite existente. Esto ayudó a los lectores a entender la necesidad de un cambio de aceite (y le dio una buena calificación). Escribió claramente que uno tiene que colocar una varilla de nivel en el tanque para ver si el aceite llega a la marca. Si no, es hora de cambiar el aceite. 

 

La varilla de nivel no hace otra cosa que medir la necesidad de un cambio de aceite. No puede cambiar el aceite ni agregar más aceite. Solo mide el aceite que ya está en el tanque. 

 

Los Diez Mandamientos tienen un propósito similar. No pueden cambiarnos ni sumarnos nada. No pueden salvarnos ni destruirnos. Pero pueden mostrarnos si nuestra vida está logrando su potencial o no. Si no, ¡necesitamos un cambio! Santiago asemeja la ley a un espejo. Algunos jóvenes se pasan una hora entera frente al espejo cada mañana. ¿Por qué? El espejo no puede cambiar cómo se ven. Las personas se miran al espejo para ver si su apariencia va de la mano con sus expectativas. Si ven un pedacito de espinaca entre los dientes o una camiseta rayada con un pantalón cuadriculado, se dan cuenta de que necesitan un cambio. 

 

Las varillas de nivel y los espejos tienen el mismo propósito: señalar la necesidad de un cambio. Lee los Diez Mandamientos de principio a fin. ¿Estás viviendo con todo el gozo y la satisfacción que puedes? Si no es así, Dios puede cambiarte. “Porque el que está en ustedes es mayor que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).