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UN SÁNDWICH DE HELADO

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Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto (Eclesiastés 4:12).

Algunas personas disfrutan del verano porque salen a andar en canoa o en moto de agua; porque van a acampar, o duermen hasta más tarde, o salen a nadar. Yo disfruto del verano por la comida. Me encanta la comida de verano, desde la ensalada de papas hasta la limonada. Pero por sobre todo, me gusta el helado, y puedo dejarme llevar a un extremo. Hace algunas semanas, compré una caja de sándwiches de helado cuando hice las compras, pero luego de comerme seis en una tarde, llegué a la conclusión de que no debería comprarlos muy a menudo. Desafortunadamente, son demasiado deliciosos para lograr resistirme. 

 

Los sándwiches de helado tienen proporciones perfectas por sus tres capas deliciosas: chocolate por fuera y helado por dentro. El helado solo o el chocolate solo no pueden competir contra ellos. Las relaciones funcionan de la misma manera. Salomón escribió: “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (Ecl. 4:12). Solos no llegamos a lo que podemos lograr, pero con un amigo a nuestro lado, y Dios entre nosotros, ganamos fuerza para soportar los desafíos de la vida. Para lograr nuestro potencial máximo, debemos asociarnos con amigos fieles y con nuestro Amigo celestial y lograr una amistad tripartita. ¿Cómo nos podemos resistir?

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