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UN VASO DE ENTRENAMIENTO

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Pero Jesús los llamó y les dijo: “Dejen a los niños venir a mí, y no les impidan, porque de ellos es el reino de Dios” (Lucas 18:16).

Biberón. Vaso de entrenamiento. Pajita. Botella de agua. 

 

Los niños aprenden a beber un paso a la vez. Un bebé no tiene idea de cómo usar una pajita, y no encontrarías a un joven bebiendo de un biberón. Sin embargo, los vasos de entrenamiento que solían usar solamente los niños pequeños ahora tienen una nueva apariencia. Las botellas de agua con pico, que los adultos usan a diario, ahora tienen una boquilla que actúa de la misma manera que un vaso de entrenamiento. Durante mis últimos años en la universidad, todos tenían una. No importaba que se vieran como niños de 3 años. La facilidad y la comodidad del glorificado vaso de entrenamiento hizo que su popularidad se difundiera por todas partes. 

 

De vez en cuando está bien volver a entrar en contacto con nuestro lado más infantil. Los niños comprenden la sencillez y la confianza de un modo que muchos adultos quisieran. Así deberíamos relacionarnos con Dios: con la sencillez y la fe de un niño. Sí, nuestra experiencia debe ser mucho más profunda que la de un niño de 5 años, pero la actitud debería ser la misma. 

 

Una forma excelente de recordar esta perspectiva es ofrecerse como voluntario en el ministerio infantil de la iglesia. Cuando tenemos que explicar la Biblia en términos sencillos para los niños, se graba más profundamente en nuestra propia mente. Cuando les enseñamos canciones repetitivas con señas (que nunca cantaríamos solos, por supuesto), podemos entender esa actitud de “no me importa qué piense la gente” que les permite a los niños acercarse a Jesús sin reservas. 

 

No sé si usas un vaso de entrenamiento para tu ingesta diaria de agua, pero considera ayudar en algún ministerio de niños y disfrutar del ambiente y la actitud que los niños traen a la vida.

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