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Algunos meses antes de casarme con Dustin, comenzamos a buscar los muebles para nuestro hogar. Pronto descubrí que prefería muebles más antiguos antes que los objetos producidos en masa que se encuentran en las tiendas, así que comencé a visitar tiendas de antigüedades y a revisar galpones. En lugar de encontrar solamente muebles, compré todo tipo de elementos para nuestro apartamento.
Mis descubrimientos favoritos fueron una colcha y una alfombra de retazos que combinaban perfectamente entre sí y le darían al apartamento una apariencia unificada.
Lamentablemente, la alfombra tenía algunos problemas en el centro. Las tiras de tela, que originalmente habían estado tejidas a punto (croché), se habían comenzado a soltar. Mi mamá intentó coserlas, pero tuvo algunas complicaciones porque no tenía un ganchillo de punto (aguja de croché). Solo un ganchillo de punto podía tomar las telas sueltas y pasarlas entre los nudos y los giros de las demás tiras. Una aguja de tejer o las manos no funcionaban.
Los ganchillos de punto toman una tela o lana y la hacen pasar entre una serie de nudos. Así también, durante muchos años en el desierto, Dios guio a los israelitas y los ayudó a superar muchas pruebas. Nunca hubieran podido cruzar el Mar Rojo, encontrar alimentos para comer ni mantenerse hidratados todo ese tiempo si solo hubieran confiado en sí mismos o en ídolos. Solo Dios podía ayudarlos a cruzar ese desierto.
Hoy, Dios sigue siendo el Ser que nos puede hacer cruzar los momentos más difíciles de la vida. No podemos hacerlo solos, y nadie puede ayudarnos como lo puede hacer Dios. Permite que él te sostenga hoy y que te ayude a atravesar los nudos de la vida.