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El arco de un chelo tiene varios componentes: las cerdas de caballo, el tornillo, la nuez y la vara de madera. El arco podría funcionar durante un tiempo sin la nuez, pero la nuez tiene una función esencial: permite que el chelista suelte las cerdas entre un ensayo y otro. Si el arco del chelo mantiene las cerdas siempre en tensión, las cerdas comienzan a caerse y el arco se debilita. Perder las cerdas arruina un arco de chelo, y la mayoría de los músicos no tiene un juego extra a mano como el famoso violinista Charlie Daniels. Pero, gracias a la nuez, los chelistas pueden aflojar la tensión de su arco en cualquier momento.
Nosotros también tenemos una oportunidad permanente de liberar la tensión de nuestra vida. Ya sea que nos preocupen las calificaciones o las presentaciones, las amistades o los problemas familiares, podemos aliviar el estrés entregándoselo a Dios. Cuando te sientas estresado y nervioso, haz la oración de David: “Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame a la roca que es más alta que yo” (Sal. 61:2). Dios puede tomar tus miedos e inseguridades y darte calma en la seguridad de su amor. Suéltate y permite que Dios te dé fuerzas para cantarle alabanzas para siempre.