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CAVA MÁS PROFUNDO

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«Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida» (Juan 5: 39, 40).

Como pudiste notar en nuestro pasaje para este día, esta no es una orden a «escudriñar las Escrituras» , corno lo presentan algunas versiones, sino una acusación directa contra los dirigentes judíos del tiempo de Jesús. Pues, aunque estudiaban las Escrituras, habían fracasado en la comprensión de su tema más importante: la persona, vida y obra de Cristo. Pensaban que iban a recibir la vida eterna estudiando las Escrituras, cuando esta solo es posible mediante Cristo, de quien estas Escrituras dan testimonio.

 

Hace años, un joven se dedicó a buscar oro. Sin embargo, en vez de explotar nuevas minas, comenzó a explorar minas abandonadas que se suponía estaban totalmente agotadas. Había aprendido que, siguiendo las vetas existentes, o cavando a mayor profundidad, a menudo podía encontrar tierra aurífera que otros mineros habían pasado por alto.

 

Los judíos del tiempo de Cristo eran como los que habían abandonado aquellas minas. Pensaron que habían agotado la mina de la verdad. No excavaron más profundo. Solo prestaban atención a los tesoros que ya tenían. Pero no llegaron a comprender las verdades más preciosas, las verdades referentes a Jesús, el Salvador de la humanidad.

 

Del mismo modo nos puede suceder. Hoy en día tenemos acceso a innumerables versiones de la Biblia, comentarios, diccionarios, sermones y lecturas devocionales como esta. Sin embargo, es posible que tal abundancia de información bíblica nos haga creer que hemos descubierto toda la verdad. Incluso podríamos considerar que un estudio rutinario de la Biblia o escuchar un sermón en alguna plataforma digital es suficiente, aunque no hayamos orado ni pensado en Jesús.

 

La realidad es que las Sagradas Escrituras son una fuente inagotable de verdad. Por eso es tu privilegio excavar profundamente en la mina de la verdad en busca de tesoros nunca vistos. Aunque estás en deuda con los exploradores del pasado, nunca debes pensar que la mina se ha agotado. Acércate a la Palabra de Dios con el deseo de aprender de Jesús y nunca dejes de cavar más profundo. Dios tiene tesoros reservados para aquellos que están dispuestos a estudiar su Palabra.

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