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¿ESTÁS DISPUESTO A CEDER?

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«Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos» (Juan 13: 35)

poco después de haber comprado un terreno, el nuevo propietario se encontró con su vecino más cercano.

¿Ha comprado usted este lugar? —preguntó el vecino.

Sí —contestó el nuevo dueño.

Entonces, usted ha comprado un pleito.

¿Cómo es posible? —preguntó el recién llegado.

Sucede, señor, que aquel cerco está tres metros dentro de mi campo y voy a llevar el asunto a los tribunales para probarlo.

—No, no haga eso —dijo el nuevo vecino—. Si es así, vamos a correr el cerco al lugar que le corresponde.

—¿Lo dice en serio? —preguntó el hombre.

—Por supuesto.

Entonces —dijo el querellante— ese cerco quedará donde está. Un hombre que procede así no debe ser enjuiciado.

 

¿Cuántos problemas se podrían resolver si tan solo estuviéramos dispuestos a ceder de vez en cuando? Hubo ciertas discusiones entre los siervos de Abraham y los de Lot, pues ambos tenían muchas ovejas y vacas y «el lugar donde estaban no bastaba para alimentar a tantos animales» (Génesis 13: 6). ¿Qué habría sucedido si ninguno de los dos hubiese estado dispuesto a ceder?

 

Abraham tenía muchas razones para no ceder: era tío de Lot, por lo que tenía autoridad familiar sobre él; Dios hablaba con Abraham, por lo que tenía autoridad espiritual sobre Lot; era mayor que él, por lo que tenía autoridad social sobre él. Sin embargo, Abraham dio el primer paso e ideó un plan. Lot y él se separarían, pero no quedarían disgustados. Si Lot decidía ir al este, Abraham se dirigiría al oeste, pero el patriarca mostró su humildad permitiendo que Lot eligiera donde quería estar. De este modo, Lot escogió el valle del Jordán, mientras que Abraham se quedó en Canaán. De este modo, al igual que en nuestro relato inicial Abraham y Lot enfrentaron un problema que pudo haber sido mucho más difícil de resolver.

 

Y tú, ¿estás dispuesto a ceder? ¿Qué situaciones difíciles podrías resolver ahora mismo si mostraras amor cristiano y estuvieras dispuesto a ceder» ? En última instancia, ser cristiano consiste en seguir el ejemplo de Jesús, que «no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo» (Filipenses 2: 6, 7, RVC).

 

 

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