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COMO POMPAS DE JABÓN

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«Señor, hazme saber qué fin tendré y cuánto tiempo voy a vivir, para que comprenda cuán breve es mi vida» (Salmo 39: 4).

¿QUIÉN PUEDE HACER LAS POMPAS DE jabón más grandes y duraderas? Con el experimento de hoy, puedes incluso organizar una competición.

Toma dos palitos de madera (de 30 cm de largo) y dos pedazos de cuerda fina (uno de 20 cm y el otro de 25 cm). Amarra las puntas de la cuerda más corta a los extremos de cada palito, formando una línea recta. A continuación, ata la cuerda más larga de la misma manera, de modo que forme una media luna. A continuación, en una caja ancha de plástico, mezcla 500 ml de agua, 150 ml de detergente, 150 ml de glicerina. Ahora, simplemente Sumerge el aparato hecho con los palitos y la cuerda en la mezcla, y esparce las burbujas en un lugar abierto.

Por muy grandes que sean las pompas de jabón, nadie en su sano juicio diría que son fuertes y resistentes. La verdad es que, SIN DIOS, TAMPOCO TENEMOS FUERZA NI DIRECCIÓN. Somos frágiles cuáles pompas de jabón volando al viento.

Cuando reconocemos nuestras debilidades y sabemos quiénes somos realmente, es posible pedir a Dios lo que necesitamos y no lo queremos. Comenzamos a reconocer nuestros defectos, y a comprender que Dios es el único que puede cambiarlos, o ayudarnos a dominarlos.

Pero hay una diferencia entre reconocer nuestras debilidades y rendirnos a ellas como si no hubiera salida. Debemos ser conscientes de nuestra fragilidad, pero confiar en que somos hijos del Dios Todopoderoso, que no solo tiene la fuerza que necesitamos, sino que está dispuesto a proporcionárnosla en todo momento.

Siguiendo el ejemplo del salmista, pide a Dios: «AYUDAME A RECONOCER LO FRÁGIL QUE SOY, PARA QUE CADA DÍA ENTREGUE MI VIDA AL SEÑOR». Él está dispuesto a escucharte.

YO = FRÁGIL

DIOS = FUERTE

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