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UN EQUIPO DE INVESTIGADORES COMPARÓ EL esfuerzo cognitivo (de pensamiento, raciocinio) entre decir la verdad y mentir. Su conclusión es que las respuestas veraces predominan en los adultos sanos, y que mentir requiere un mayor esfuerzo cognitivo porque, para decir una mentira, la persona necesita inhibir la verdad.
Si alguna vez has cometido el error de mentir, probablemente estarás de acuerdo con los resultados de la investigación. Requiere más esfuerzo engañar que decir la verdad.
Jacob (su propio nombre significaba «engañador») sufrió en carne propia lo difícil que es engañar. Engañó a su padre y a su hermano para obtener la bendición de la primogenitura, pero sufrió terribles consecuencias a causa de su mentira. Tuvo que huir de su casa, no pudo volver a ver a su madre y saboreó su propio veneno, siendo engañado varias veces.
Pero DIOS NO ABANDONA A LOS ENGAÑADORES ARREPENTIDOS. Jacob quería una VIDA DIFERENTE. Ansioso por volver a encontrar a su hermano, al que había engañado, se aisló en un valle para pedir el perdón y la transformación de Dios. De repente, alguien se le acercó. Pensando que era un enemigo, Jacob comenzó a luchar desesperadamente por su vida. En medio de la batalla, se dio cuenta de que no estaba luchando contra un ser humano. En ese momento, reconociendo su necesidad, Jacob se aferró a Dios y pidió ser transformado (de Jacob a Israel).
Así como Dios escuchó a Jacob y cambió su vida e incluso su nombre, Dios quiere hacer lo mismo por ti. Nunca olvides que él puede TRANSFORMAR al peor engañador en un verdadero cristiano.