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DEPENDIENTES

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«¡Y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece» (Santiago 4:14).

Con un marcador de pizarra blanca dibuja un «muñeco de palitos» en una refractaria de vidrio. Vierte lentamente una cantidad de agua sobre el dibujo para que se forme una fina película. La tinta del marcador tiene alcohol y aceite en su composición. Cuando estos compuestos entran en contacto con el agua, la tinta tiende a desprenderse del recipiente. De este modo, el muñeco comenzará a flotar. Luego, basta con soplar sobre él y empezar a jugar. Notarás el muñeco es fácilmente llevado de un lado al otro y que se deshace rápidamente.

NUESTRA VIDA ES FRÁGIL como el muñeco del experimento. Aparecemos durante un breve espacio de tiempo en la historia y pronto nuestros días se disipan. No sabemos lo que nos ocurrirá mañana, ni siquiera dentro de 20 minutos. Por eso es tan importante no creer que somos tan fuertes e independientes que podemos llevar nuestra vida separados de Dios.

Quizá digas: «¡Pero yo no hago eso; yo dependo de Dios!». ¿Realmente dependes de Dios? ¿Inviertes tiempo en conocer cuál es su voluntad a través del estudio de la Biblia y de la oración? ¿Llevas las grandes y pequeñas decisiones de tu vida a Cristo, para que él te guíe a elegir el camino correcto? ¿Sigues los consejos de Dios, aunque sean contrarios a tu voluntad?

Depender de Dios no es solo afirmar esto; es reconocer nuestra fragilidad y DECIDIRNOS A RECORRER EL CAMINO JUNTO A ÉL. Con tus acciones es como demuestras que en verdad eres un seguidor de Jesús.

Nuestra vida es muy frágil. No vale la pena correr riesgos. Entrega tu corazón a Jesús ahora mismo y deja que él guíe tus pasos.

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