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¿SABÍAS QUE LA PALABRA «BAUTISMO» VIENE DEL GRIEGO Y significa «sumergir»? La sumersión (o inmersión) representa la muerte y la sepultura de una vida de pecado. ¿Has sido bautizado? Si es así, ¿cuándo fue? Independientemente de tu respuesta, haz el siguiente experimento: escribe en un papel los pecados de los que quieres librarte. Cava un pequeño hoyo en un lugar de tu elección y haz una oración.
Pídele a Dios la fuerza que necesitas para abandonar el mal; pídele también el perdón por los errores cometidos y poder para superar las tentaciones. Luego rompe el papel y entiérralo.
Cuando nos bautizamos, es como si enterrásemos nuestros errores. El pasado queda sumergido y comenzamos una nueva vida declarando públicamente nuestra renuncia al mundo y nuestra creencia en el evangelio. Es una decisión muy importante, individual e intransferible. ¡Nadie debe decidir por ti!
El bautismo representa la muerte al viejo yo. Esto no significa que no cometerás errores después de ser bautizado, sino que estarás motivado para asumir una nueva actitud ante la vida.
Entrega hoy tu corazón a Jesús y decide estar a su lado. ¡Nunca te arrepentirás de esto!
José y María llevaron a Jesús para ser dedicado en el Templo cuando aún era bebé. Sin embargo, él fue bautizado muchos años después, por voluntad e iniciativa propias y por inmersión. ¿Sabes lo que esto significa? ¿Qué tal si investigas un poco más sobre este asunto?