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Los pelícanos son un poco feos y parecen bastante torpes. Si observamos a un pelícano caminando por la arena o en un muelle, nunca imaginaríamos que es un aviador agraciado y un gran pescador. De hecho, parece un milagro que pueda levantar el vuelo, pero lo hace con una belleza y destreza asombrosas.
Si vives en la costa, probablemente hayas visto a los pelícanos lanzarse en picada desde lo alto del cielo. ¿Te imaginas tener que lanzarte en picada desde un sitio muy alto cada vez que quieras comer? Los pelícanos, a veces, se zambullen desde una altura de hasta 18 metros. Si lo hicieras tú, seguro que te harías daño, pero estas aves han sido creadas con sacos de aire especiales bajo la piel que no solo amortiguan su impacto al chocar con el agua, sino que también les ayudan a salir a la superficie después de su inmersión.
El pelícano recoge los peces en la bolsa de la garganta, ya sea mientras nada o cuando se zambulle en el agua. Esa bolsa puede llegar a ser tan grande como el ave y también se utiliza como plato para las crías de pelícano, ya que los padres les dan de comer pescado regurgitado. El pelícano mantiene la bolsa hacia abajo para drenar el agua y luego hacia arriba para ayudarle a tragar los peces de una vez. A veces, incluso se puede ver a un pelícano lanzar un pez al aire para meterlo en la bolsa y tragarlo de un golpe.
Doy gracias a Jesús, porque nuestra capacidad no depende de nuestro aspecto. Él nos da la habilidad para lograr realizar muchas cosas, y es él quien nos dará el talento y la habilidad que necesitemos para ayudar a los demás.