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Cuando estabas aprendiendo a andar, seguramente te caías muchas veces y puede que necesitaras ayuda para volver a levantarte. Puede que dijeras algo como: «Lo hago yo» o «por mí mismo». Nos gusta ser independientes desde pequeños. Queremos hacer las cosas por nuestra cuenta, pero no siempre puedes hacerlo todo tú solo; a veces, necesitarás ayuda.
Jean King era una científica de éxito cuando enfermó de tuberculosis en la columna vertebral. Aunque mejoró, tuvo que pasar el resto de su vida en una silla de ruedas. Necesitaba ayuda para cosas tan sencillas como recoger un bolígrafo del suelo o encender una luz. Así que empezó a entrenar a su perra, Shantih, para que la ayudara a sustituir a sus piernas. Jean tuvo tanto éxito con Shantih que ha adiestrado a otros «perros independientes». Una vez adiestrados, Jean los entrega a personas que, como ella, necesitan un poco más de ayuda.
Michele tiene una parálisis cerebral de nacimiento, pero gracias a su perro Noble, tiene a alguien que le abre las puertas. El perro también pulsa los botones del ascensor y le ayuda cuando Michele compra algo en un mostrador alto de las tiendas.
Steve es un enfermo de Parkinson, solía caerse 90 veces al día. No podía mantener el equilibrio, pero gracias a su perro Rocco, Steve se cae tan solo 8 veces al día. Pueden parecer muchas, pero es una GRAN diferencia para él.
Jenelle es una estudiante universitaria, que tiene un problema en los músculos que le dificulta caminar; pero su perro Kramer le ayuda a tirar de su silla de ruedas por el campus y a subir rampas empinadas.
Los animales son unos amigos increíbles. Tú también puedes ser un buen amigo. Puedes ayudar a los demás, escuchar sus problemas, animarlos, orar con y por ellos, y puedes hacer algo tan simple como ayudar a tus amigos a levantarse cuando se caen.