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Esponjas Vivas

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«Uno de ellos fue corriendo en busca de una esponja, la empapó en vino agrio, la ató a una caña y se la acercó para que bebiera». Mateo 27: 48

Puede que tu madre utilice una esponja para limpiar la encimera de la cocina o quizá tú hayas usado una esponja para lavarte en la bañera. Una esponja plana puede cortarse de cualquier forma, mojarse en pintura y utilizarse para hacer dibujos.

En la antigua Grecia y la antigua Roma se utilizaban verdaderas esponjas para fregar y aplicar pintura. Cuando Jesús estaba a punto de morir en la cruz, una persona amable le acercó una esponja empapada en vinagre de vino porque tenía sed.

Pero debes saber que la mayoría de las esponjas que usas actualmente no son de verdad, están hechas de plástico. La esponja de verdad es un animal que vive en el océano. No, no tiene cabeza ni brazos ni piernas, pero se llama animal porque come, crece y crea nuevas esponjas. La gente recoge esponjas del mar y las deja secar para luego utilizarlas de diferentes maneras.

Las esponjas vivas son preciosas, pero la mayoría de nosotros nunca veremos una, porque viven en las profundidades del mar. Las esponjas de verdad tienen muchas formas y colores, puedes encontrarlas del tamaño de las enormes esponjas en forma de cojín de la Gran Barrera de Coral hasta bellas formas de copas y delicadas esponjitas que se mecen suavemente en la corriente oceánica. Mientras estén bajo el agua, conectadas a algo y alimentadas por lo que las rodea, son criaturas vivas y en crecimiento.

Igualmente, a los cristianos les va mejor cuando están conectados entre sí y con Jesús. Cuando los cristianos dejan de crecer en el agua viva de Jesús, también pueden secarse y volverse frágiles. ¿Te gustaría ser una esponja viva conectada a Jesús?

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