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Hay un viejo dicho que dice que los gatos tienen nueve vidas. La gente creía que, gracias a su rapidez, astucia y flexibilidad, los gatos se mantenían vivos en cualquier situación. Por supuesto, sabemos que los gatos solo tienen una sola vida. Pero cuando escuches la historia de Óscar, verás que en su única vida estuvo más cerca de morir que cualquier gato en nueve.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Óscar formó parte de la marina alemana y fue mascota del barco acorazado alemán Bismarck. Cuando este barco fue hundido en 1941, Óscar sobrevivió. Aunque la mayoría de la gente piensa que a los gatos no les gusta nadar, un marinero británico vio a Óscar nadando entre los restos del naufragio y lo subió a bordo de su barco, el destructor Cossack. Cinco meses después, el Cossack fue hundido. Pero Óscar sobrevivió y fue transferido al portaaviones británico Ark Royal, entonces este fue torpedeado por un submarino y Óscar fue rescatado de nuevo.
Esta vez alguien decidió retirarlo a un hogar de marineros y allí vivió el resto de su vida, una vida mucho menos estresante que la que había tenido antes. Óscar fue un gato afortunado, y tuvo buenos salvadores. En la Biblia leemos sobre gente que se metió en bastantes problemas. El rey David fue uno de ellos. A diferencia de muchas personas que no admiten que han cometido un error, cuando el rey David se dio cuenta de que había cometido muchos errores, se arrepintió rápidamente.
Si lees la historia del rey David en la Biblia, quizá pienses que tenía nueve vidas espirituales, pero no fue así. Él tuvo la misma cantidad de tiempo que nosotros tenemos para pedir perdón, para decir que lo sentimos, y para ser rescatados por el amor de Jesús.