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En el pequeño pueblo donde estaba mi escuela primaria solo había una docena de niños en total y solo tres en mi curso: Gerry, DiAnn y yo. Todos teníamos habilidades diferentes. Yo era a la que se le daba bien la música, Gerry era el inteligente y DiAnn era la rápida. De hecho, DiAnn ganaba a todo el mundo cuando hacíamos carreras, tanto a chicos como a chicas.
En el mundo animal, el más rápido es el guepardo, aunque es más pequeño que sus primos el león y el leopardo, el guepardo no solo corre más rápido que todos los demás miembros de la familia de los felinos, sino que corre más rápido que cualquier otro animal del mundo.
Jesús creó al guepardo para tener velocidad, con unas patas largas y fuertes músculos. Como para correr se necesita respirar mucho, el pecho del guepardo es grande para que sus pulmones tengan mucho espacio para expandirse al respirar. En lugar de llevar las últimas zapatillas de atletismo, los guepardos tienen almohadillas especiales en los pies y, a diferencia de los gatos domésticos, sus garras no se retraen ni se introducen en los dedos, y para mantener el equilibrio, Jesús dio al guepardo una cola extralarga.
Además de ser rápido, el guepardo tiene unas marcas interesantes que le ayudan a ver mejor bajo el sol brillante. Si miras la cara de un guepardo, verás rayas negras que van desde la comisura de los ojos hasta la boca. Además de su belleza, el negro bajo los ojos funciona como unas gafas de sol y reduce el resplandor del sol. Y esto es bueno, porque, aunque la mayoría de los felinos cazan de noche, los guepardos suelen hacerlo a la luz del día. ¡Es genial! ¿verdad?
Así que la próxima vez que veas un partido de fútbol americano, fíjate en que algunos de los jugadores tienen manchas negras bajo los ojos, y sabrás que es para que puedan ver mejor bajo el sol brillante. Mucho antes de que existieran los jugadores de fútbol, Jesús creó marcas antirreflejo en el guepardo, porque él pensó en todo.