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UN DÍA, JESÚS FUE AL MONTE CON SUS DISCÍPULOS. De repente mucha gente comenzó a llegar para escuchar a Jesús. El tiempo pasó rápido y después de algunas horas, tuvieron hambre. Fue así que comenzaron a buscar dinero para comprar alimentos, pero lo que tenían no les alcanzaba, pues eran más de cinco mil personas.
De pronto, un muchacho, compartió la merienda que su mami le había hecho: cinco panes de cebada y dos pececillos. A Jesús le agradó mucho ese acto de bondad y bendijo esos alimentos. Entonces, sucedió el milagro. Jesús comenzó a repartir panes y peces, y no se acababan. Sus discípulos estaban sorprendidos, pues no solo alimentó a todos, sino que también se llenaron 12 cestas de comida sobrante.
Actividad: Con ayuda de mami, elabora panes o galletas y compártelos con tus vecinos.
Oración: Querido Padre, ayúdame a tener manos que comparten lo que tienen.