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NEHEMÍAS, EL COPERO DEL REY ARTAJERJES, se encontraba muy triste, pues días atrás, amigos le habían informado que su ciudad, Jerusalén, seguía destruida. El rey notó la tristeza en su rostro y le preguntó cuál era el motivo. Entonces Nehemías le contó la situación de sufrimiento de su pueblo, pues los judíos habían sido llevados cautivos a diferentes lugares y Jerusalén había sido quemada y destruida. Entonces el rey, le autorizó ir y ayudar en la reconstrucción del muro y puertas, proveyéndole de mucha madera y oficiales para que lo acompañaran. ¿Puedes imaginar ahora el rostro de Nehemías? ¡Sí! Estaba muy feliz.
Nehemías nunca dejó de confiar en Dios, aun cuando sentía tristeza. Dios lo recompensó y lo utilizó, pues con ayuda de otras personas, lograron reconstruir Jerusalén, convirtiéndola ahora en un lugar seguro para vivir.
Actividad: Dramatiza la historia de Nehemías, jugando al copero del rey.
Oración: Querido Padre, gracias porque aun en la tristeza estás conmigo.