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Un Profeta Sediento

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«Por favor, tráeme en un vaso un poco de agua para beber» 1 Reyes 17: 10

DIOS ENVIÓ AL PROFETA ELÍAS a anunciar al rey Acab que no llovería por mucho tiempo porque el pueblo de Israel se había olvidado de él. Efectivamente, la sequía llegó y el profeta tuvo que esconderse en el arroyo de Querit de la furia del rey, que se encontraba desesperado porque no había agua para los animales y cultivos, así como para las personas.

Dios le proveyó comida a Elías a través de los cuervos y agua del arroyo. Pero pronto, este se secó y sin agua para tomar, el profeta no viviría. Por tal motivo, Dios lo envió a Sarepta. Cuando llegó al lugar indicado, encontró una viuda recogiendo leña. Elías le pidió agua y comida, pues tenía mu cha sed y hambre. La viuda compartió con Elías lo que tenía y Dios también cuidó de ella y de su hijo.

Actividad: Investiga con mami los daños que causa una sequía.

Oración: Querido Padre, gracias porque provees agua para mí.

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