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Las páginas de la historia denominacional de la Iglesia Adventista están repletas de relatos milagrosos sobre fe y la providencia divina. En 1846, el excapitán de barco Joseph Bates decidió publicar un folleto sobre el sábado como día de reposo. «Mientras estaba sentado junto a su escritorio con la Biblia y la concordancia en las manos, la Sra. Bates lo interrumpió para informarle que necesitaba harina para terminar el amasado del día. Sabiendo que todo su capital consistía en un solo chelín de York (unos 12,5 centavos de dólar), Bates le preguntó con cautela cuánta harina necesitaba. "Unas cuatro libras", le contestó Prudence Bates».*
Con el chelín, Bates compró la harina y regresó a casa. Ante la precaria situación económica de su esposo, Prudence Bates se lamentó: «¿Qué haremos ahora?». Joseph le contestó que escribiría su folleto sobre el sábado. En cuanto a sus necesidades personales, Dios se encargaría. «¡Oh, sí! Eso es lo que siempre dices», protestó su esposa.
Unos minutos después, Bates sintió la necesidad de ir al correo, donde recibió una carta que contenía un billete de diez dólares. «Con ese dinero, Bates compró un barril de harina, papas, azúcar y algunos otros elementos de uso doméstico, y pidió que se lo llevaran a su casa [...]. Al regresar a la casa, Bates encontró a su esposa presa de gran agitación. ¿De dónde, exigía ella, han salido estas provisiones? "El Señor las envió", replicó el capitán Bates. "Sí, eso es lo que siempre dices", respondió Prudence. El esposo le pasó la carta que acababa de recibir. Después que ella la leyó, las lágrimas fluyeron otra vez, lágrimas de arrepentimiento y de gozo».
Además de la providencia divina, la experiencia de Joseph Bates revela la fe de este pionero adventista, que dedicó todos sus recursos a la propagación del mensaje adventista. Incluso su esposa, incrédula cuando ocurrió este incidente, reconocía que la fe en la providencia divina era la actitud normal de Bates. Y tú, ¿qué es «lo que siempre dices»? Cuando surge una necesidad, ¿hacia qué dirección se inclinan tus pensamientos? Bates aprendió que cuando buscamos primero el reino de Dios y su justicia, todo lo demás viene por añadidura. ¿Lo habremos aprendido nosotros?