Regresar

Un malentendido peligroso

Play/Pause Stop
«Los descendientes de Rubén y de Gad le pusieron al altar el nombre de "Testimonio", diciendo: "Este altar será un testimonio entre nosotros de que el Señor es Dios"». Josué 22: 34

En Josué 22, hallamos una historia poco conocida pero instructiva. Tras haber conquistado gran parte de la tierra prometida, Josué despidió a las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, enviándolas «al este del Jordán» (Josué 22:4). «Cuando las tribus de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés llegaron al río Jordán, todavía en territorio cananeo, levantaron junto al río un gran altar» (Josué 22: 10).

Al enterarse del altar que habían erigido sus hermanos, las tribus que se habían quedado en Silo con Josué pensaron que estas dos tribus Y media habían abandonado al Señor, se había vuelto idólatras, y ese altar era la prueba. Así que reunieron el ejército para exterminar a los «infieles». Pero antes de lanzarse en son de guerra, enviaron a Finees junto a diez jefes para indagar sobre el asunto (ver Josué 22: 12-15).

Al llegar al campamento de las dos tribus y media, escucharon la razón de lo sucedido: «La verdad es que lo hicimos porque no queremos que algún día los hijos de ustedes les digan a los nuestros: "¿Qué tienen ustedes que ver con el Señor y Dios de Israel? El Señor ha puesto el Jordán para separarnos de ustedes, los de las tribus de Rubén y de Gad" [...]. Por eso pensamos en construir un altar, no para ofrecer holocaustos al Señor ni presentar otros sacrificios, sino para que sea un testimonio entre ustedes y nosotros, y entre nuestros descendientes, de que nosotros podemos servir al Señor"» (Josué 22: 24-27). Al final, «la respuesta les pareció bien, y alabaron a Dios» (Josué 22: 33).

¿Te imaginas cuántos problemas nos evitaríamos si, como los israelitas, preguntáramos antes de atacar? Me hubiera gustado saber quién dio la idea de atacar a los «infieles» y quién propuso ir a preguntar. Todavía hoy contamos con esas dos voces en nuestro interior. Una nos impulsa a interpretar y juzgar erróneamente las acciones de los demás, llevándonos a atacar sin comprender los motivos o intenciones que impulsan a nuestros semejantes. Otra, en cambio, nos insta a la prudencia, a preguntar antes de actuar, a escuchar a los demás antes de emitir juicio y atacar. ¿Cuál de estas dos voces escucharás hoy?

Matutina para Android