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Aunque la Biblia no es un libro de historia, contiene datos que dan profundidad a su mensaje. Me llama la atención la lista de funcionarios que Lucas menciona al iniciar su Evangelio (ver Lucas 3: 1-2). ¿Por qué están estos nombres aquí? ¿Son solo una referencia cronológica? No. Parece que Lucas está tratando de pintarnos el panorama general de la época. Echemos un vistazo a estos nombres.
Tiberio: Fue una persona emocionalmente inestable, injusta, cruel y entregada a la sensualidad. Sus miedos y sospechas lo llevaron a ordenar la muerte de muchos de sus seres más cercanos. Después de sembrar el terror en sus últimos años y caer enfermo, acabó siendo asesinado.*
Poncio Pilato: «La carrera de Pilato y la forma en que trató a Jesús revelan su carácter: mundano, dispuesto a juzgar con justicia siempre y cuando ello no le implicara ningún inconveniente personal. Dispuesto a cometer un crimen que le fuera de provecho, y sin preocuparse por sus deberes, sino por sus intereses».
Herodes Antipas: Fue famoso por haber tomado la esposa de su hermano Herodes Filipo, Herodías. Ella lo indujo a decapitar a Juan el Bautista (Mateo 14: 1-12). Torturó a Jesús y lo envió a Pilato (Lucas 23: 6-12).
Anás y Caifás: La Biblia dice que le celebraron un proceso judicial cuestionable a Jesús y luego instigaron a Pilato a que lo crucificara. Han pasado a la historia como sinónimos de envidia, corrupción y odio.
Después de presentar esta retahíla de villanos y corruptos, Lucas prosigue: «Por aquel tiempo, Dios habló en el desierto a Juan, el hijo de Zacarías» (Lucas 3: 2). En medio de las tinieblas políticas y espirituales, Dios levantó una luz: Juan, portador de un mensaje de arrepentimiento y perdón de los pecados para un pueblo ansioso por escuchar la Palabra divina.
Si evaluamos nuestra época a través de la conducta de los líderes mundiales, la situación podría parecer similar o incluso peor que en tiempos pasados. Sin embargo, en medio de la confusión y la intolerancia, Dios te dirige un mensaje, te llama a ser la luz en el mundo, te insta a ser su emisario, llevando su amor y gracia por doquier. Independientemente de las circunstancias que te rodeen, Dios puede emplearte como instrumento. Él está llamando a jóvenes para su servicio, y hoy tienes la oportunidad de marcar la diferencia en el mundo.