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Bucles y ganchos

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«Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido». Lucas 19: 10

En 1941, mientras cazaba en los Alpes, el ingeniero suizo George de Mestral se detuvo a descansar y notó que había cardos adheridos al pelo de su perro y a su pantalón. Intrigado por este fenómeno, decidió investigar cómo estas semillas se adherían a la ropa.

Con la ayuda de un microscopio, de Mestral descubrió todo un sistema de sujeción oculto en la naturaleza. Cada semilla estaba equipada con cientos de "ganchos" naturales que se enganchaban en diminutos «bucles» presentes en objetos como telas, calcetines, cabello humano y pelaje animal. Emocionado por el descubrimiento, de Mestral decidió reproducir la idea a escala industrial. Tras años de investigación y desarrollo, inventó el Velcro, que actualmente es un negocio multimillonario. Se cuenta que de Mestral bromeó una vez con sus ejecutivos: «Si alguno de sus empleados les pide dos semanas de vacaciones para irse de cacería, permítanselo».

Cuando piensas en «obra misionera», ¿qué imagen llega a tu mente? A menudo imaginamos una pareja que sale a tocar puertas, o una persona que se muda a otro país para predicar. Pero cuando estudiamos la vida y el ministerio de Jesús, notamos que la obra de alcanzar a los perdidos es similar al Velcro. Se trata de conexiones.

Cada persona o comunidad que intentamos alcanzar para el Señor tiene varios «bucles», que son sus necesidades físicas, mentales, espirituales y emocionales. Nuestra misión radica en identificar esas necesidades y satisfacerlas. Al hacerlo, estableceremos vínculos sólidos que atraerán a las personas hacia Cristo.

Cuantas más necesidades identifiquemos y seamos capaces de satisfacer, más fuerte será la conexión que lograremos establecer. Al igual que Jesús lo hizo durante su tiempo en la tierra, la obra misionera no se limita a predicar la verdad, sino a demostrarla a través de nuestras vidas. Es más que una sucesión de eventos; es un proceso continuo. No solo se preocupa por alcanzar la mente de las personas, sino que también toca sus corazones. La misión integral está impulsada por el ejemplo de ese Jesús compasivo que vino y habitó entre nosotros. ¿Qué necesidades sientes que Dios te está llamando a satisfacer en este día?

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