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Con la mirada en la meta

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«Así que yo no corro como quien no tiene meta; no lucho como quien da golpes al aire». 1 Corintios 9:26, NVI

Una de las características que más admiro del apóstol Pablo es su capacidad de proponerse metas claras y alcanzarlas. En más de una ocasión, Pablo escribió que tenía bien claro su objetivo (1 Corintios 9: 26; Filipenses 3: 12-14; 1 Corintios 2: 2) y sabía cuándo su carrera había llegado a su fin (2 Timoteo 4: 6). Hoy quiero compartir contigo cinco características que deben tener tus metas para que te resulte más fácil lograrlas.

1. Concretas: Las metas más fáciles de lograr son aquellas que podemos visualizar en nuestra mente. ¿Eres capaz de describir detalladamente qué quieres lograr y cómo visualizas el escenario en el que has alcanzado dicho objetivo? 2. Medibles: «¿Cómo sabré cuánto me falta para lograr mi objetivo?». Si tu meta consiste en leer 24 libros al año, puedes elaborar una lista e ir tachando los títulos a medida que avanzas. Medir tu progreso tendrá un efecto positivo en tu mente y te motivará a seguir adelante.

3. Posibles: Cuando Salomón escribió que «todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con todo empeño» (Eclesiastés 9: 10), se estaba refiriendo a lo que está a nuestro alcance. Las metas inalcanzables solo nos desaniman y nos impedirán avanzar; así que proponte metas que estén a tu alcance y que puedas lograr con tus recursos, dones y talentos.

4. Relevantes: «¿Y yo por qué quiero lograr esto?». Necesitamos entender que no todos tenemos los mismos intereses y motivaciones. No a todos les causa la misma emoción completar un doctorado o viajar por el mundo. Si te propones metas que no significan nada para ti de forma personal, vivirás una vida vacía y sin entusiasmo.

5. Ligadas al tiempo: Todas las metas deben tener un plazo definido. Dios es el mejor ejemplo de esto. En Génesis, el Señor le dio a la humanidad ciento veinte años de gracia antes del diluvio (Génesis 6: 3); después del exilio le otorgó a Israel «setenta semanas» (Dan. 9: 24); y aunque no sabemos el día ni la hora, la Segunda Venida se hará realidad pronto.

¿Ya tienes claras cuáles son tus metas? Pues entonces, ¡manos a la obra!

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