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El 2 de diciembre de 2010 tuve el privilegio de predicar en la cárcel de alta seguridad Due Palazzi, en Padua (Italia). ¿Que como fue eso?
La hermana Donatella, asistenta social que trabajaba como mediadora entre un grupo de reclusos de esa cárcel y sus familias, había conseguido crear en la prisión un círculo de estudios bíblicos dirigido por jóvenes voluntarios adventistas. Entre los primeros libros que esos jóvenes ofrecieron a cada uno de sus nuevos amigos estaba un ejemplar de una edición de bolsillo de mi libro Incontri con Cristo, que los jóvenes reclusos habían apreciado mucho. Cuando mi amigo el pastor F. E. me invitó a presentar un ciclo de conferencias en la ciudad de Padua y los presos se enteraron de que iba a estar en la región durante diez días, le rogaron que fuera a visitarlos.
Cosa que yo hice con sumo gusto, a pesar de los complicados trámites legales que tuve que superar.
Jamás olvidaré la emoción causada por ese puñado de hombres privados de libertad cantando, con sus voces desgarradas, una versión italiana del himno Amazing Grace (Sublime gracia), uno de los más poderosos mensajes de perdón y redención. ¡Qué reales sonaban las palabras de ese viejo canto religioso! «Una vez anduve perdido, pero ahora he sido hallado». Compuesto al borde de un naufragio en una terrible tormenta por John Newton, un marino asociado al mercado de esclavos, y publicado por primera vez en 1779, es hoy probablemente el más famoso de todos los himnos cristianos. Dado a conocer originalmente en la iglesia anglicana escocesa, con el tiempo se convertiría en uno de los góspeles más tradicionales, adoptado tanto por los amantes del country como por los del folk songs y los negros espirituales.
Llevo en mi Biblia más personal un marcador de lectura en el que los presos con los que me reuní aquel día me escribieron sus nombres para que nunca me olvide de ellos en mis oraciones: Roberto, Florín, Adrián, Vincenzo, Lorenzo, Claudio, Massimiliano…
Jesús, tú que viniste a este mundo a traernos libertad de todo lo que nos esclaviza, hazme un canal de tu sublime y liberadora gracia.
ANTE LAS NECESIDADES DE MI ENTORNO