|
Ante advertencia no hay engaño, y menos cuando es Dios el que hace la advertencia. El Señor había establecido una fiesta llamada -de los tabernáculos» y se celebraba una vez cada año. La orden era que su pueblo debía subir a Jerusalén desde la tierra donde se encontrara o de lo contrario no les enviaría lluvia. En una época en la que la ganadería y la agricultura eran los puestos más buscados en la bolsa de trabajo, al pueblo no le convenía en lo más mínimo que Dios se ofendiera. Si la lluvia no caía del cielo, el pasto no crecería, los animales no tendrían alimento y como consecuencia morirían de hambre. Si la lluvia no caía, los granos sembrados en la tierra no llegarían a dar fruto. Sin fruto, el agricultor no tendría dinero para alimentar a su familia. Sin los frutos de la tierra, los mercados estarían desprovistos de alimento vital y, como consecuencia, vendría una crisis económica muy grande para el país.
Así que el pueblo de Dios tenía solo dos opciones: ir a la fiesta de los tabernáculos a Jerusalén y como resultado habría lluvia o quedarse en casa y esperar las desastrosas consecuencias.
Los tiempos cambian, pero los principios de adoración al Señor son inalterables y eso debe darnos una idea de que la condición sigue siendo la misma. Al Señor le gusta que nos reunamos a adorarlo. Primero ordenó un santuario, luego permitió que Salomón le edificara una casa, siempre con el propósito de que su pueblo estuviera reunido en la adoración.
Actualmente, las corrientes de ideas erróneas sugieren que no hay necesidad de ir a una iglesia para adorar a Dios, pues aseguran que desde sus propias casas pueden hacerlo. El profeta Zacarías dejó registrado que ese pensamiento está por demás alejado de la realidad, y con esa actitud solo hacen cesar la lluvia del cielo. Es en su templo en la adoración conjunta donde Dios se complace en derramar sus bendiciones sobre sus hijos.
La buena noticia es que Dios cumple. Acude con un corazón dispuesto a la adoración en el templo del Señor y procura no usar paraguas para la lluvia de bendiciones que caerán sobre ti.
#pdfelizdereunirmeparaadorar