No te expongas a las tinieblas

«Y les dije: -Las puertas de Jerusalén no se abrirán hasta que caliente el sol, y se cerrarán y atrancarán antes de que se ponga. Y de entre los habitantes de Jerusalén nombré guardias e indiqué que cada uno hiciera su turno frente a su propia casa» (Nehemías 7: 3).

Prevenir el ataque durante la noche era el objetivo de las nuevas medidas de seguridad. Los enemigos declarados estaban resueltos a no dejarlos reconstruir los muros y la ciudad, pues sabían que los judíos eran un pueblo fuerte y amado por Dios. En condiciones naturales, las puertas de la ciudad se abrían a la salida del sol, pero ahora Nehemías dio órdenes de que no se abrieran hasta que el sol estuviera bien alto; es decir, cuando ya todos los soldados y guardias estuvieran en sus puestos. La hora de cerrar y trancar las puertas debía ser antes que el sol se ocultara. Por ningún motivo, las puertas debían estar abiertas mientras la oscuridad reinara. Hay dos aspectos aquí que debemos resaltar:

1. Las tinieblas representan el mal en la vida espiritual. Es nuestro deber procurar andar en la luz de Jesús. Debemos trabajar bajo su protección mientras sus preciosos rayos de justicia impregnen nuestras vidas e iluminen nuestros pasos. Debemos cerrar con cerrojos las puertas de las avenidas de nuestra alma durante la noche. Una esposa que recibe mensajes de otro hombre en ausencia de su esposo, qué escucha música inapropiada, que está enredada en chismes, está entrando en el terreno mortal de la oscuridad. No hay nadie más irresponsable que quien deja abiertas sus puertas en la oscuridad. Si ya sabemos que el terreno del enemigo son las tinieblas, ¿habremos de dejarle pasar?

2. Cada uno hizo su turno frente a su propia casa. La familia que Dios nos ha permitido formar, es un tesoro que debemos cuidar y por el cual se nos pedirá cuentas. Como mujeres, somos responsables de lo que servimos en la mesa, por mencionar un ejemplo, y proteger a nuestra familia de los alimentos dañinos es nuestra responsabilidad. ¿Estamos, cual paladín, defendiendo y cuidando a nuestros amados de los ataques del enemigo? Los programas televisivos están enfocados en derrumbar los valores y principios divinos. Las mentes de los niños están vulnerables a creer los engaños del enemigo y somos nosotras quienes debemos defenderlos.

La buena noticia es que Dios es un paladín para ti. No hay nada que temer.

#pdfelizalnoexponerme