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No Tengo Profesión

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«Entonces respondió Amós y dijo a Amasías: -No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres» (Amós 7: 14).

Si alguna vez te has sentido incapaz de realizar la obra de Dios por no tener un título profesional, hoy hay buenas noticias para ti. Un joven tenía dos oficios, uno era cuidar a los bueyes y conducirlos, y el otro era el de recoger higos silvestres. Cierto día, mientras cuidaba a los bueyes, Dios lo llamó para ser su voz en el mensaje al pueblo. Así fue como Amós fue profeta del Señor. Cuando Amasías lo encara para decirle que deje de profetizar, Amós responde con un contundente «no soy profeta, ni hijo de profeta». Claramente, Amós seguía trabajando en su oficio y humildemente profetizaba cuando Dios se lo mandaba. Su padre no había sido profeta y él mismo no había asistido a la escuela de los profetas, a quienes se les llamaba «hijos de los profetas». Es decir, no había recibido una formación humanamente profesional para profetizar.

Como mujeres tenemos capacidades ilimitadas para desarrollar en la causa del Señor, que con frecuencia se ven desvanecidas por el lastimero pensamiento de «no tengo una profesión». Con la vida de Amós debemos aprender dos cosas: humildad y compromiso. Humildad al realizar el cargo que se te ha encomendado, sin vanagloria y sin presunción, sabiendo que los dones vienen únicamente de Dios. Amós no dejó de cuidar bueyes y recoger higos solo porque ya trabajaba para Dios. Es un error pensar que nuestros cargos nos dan un elevado renombre en la sociedad. Ante los ojos de Dios, todos somos iguales. Y compromiso, al hacer todo lo que esté en tus manos para dar un servicio de calidad a pesar de no tener una profesión en las escuelas humanas. También es un error pensar que sin estudios no se puede hacer nada en la obra del evangelio.

Si por motivos ajenos a tu voluntad no pudiste estudiar una carrera, recuerda que Dios llama a su servicio a los de corazón humilde y los perfecciona para su obra. Si estás estudiando o ya tienes una profesión, usa tu conocimiento en el servicio al Señor. Es posible que hoy estés detrás de la máquina de coser, o detrás de la mesa de cocina, detrás de la harina amasando pan, entre otros; donde quiera que estés si el Señor te llama a servirle, no dudes en hacer su voluntad.

#pdfelizalhacersuvoluntad

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