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Amanda, una joven de Chile, encontró su propósito en el servicio a los demás, una vocación que le ha dado satisfacción genuina y profunda. Se dio cuenta de que podía hacer una gran diferencia enseñando inglés a los niños de su comunidad, así que se puso en acción. Semana tras semana, dedicó tiempo a abrirles un mundo de oportunidades a través del idioma, y su espíritu de servicio resonó en toda la localidad. Su vida es un reflejo de alegría y de un compromiso firme con su llamado a servir, que impacta de forma positiva la vida de aquellos a su alrededor.
Marcos 10:45 nos recuerda el ejemplo de Jesús, quien vino a servir y no a ser servido. Este mensaje inspira a Amanda a buscar constantemente maneras de ayudar a otros con amor y humildad, poniendo las necesidades de otros antes que las suyas. La compasión y la empatía son fundamentales para un servicio efectivo. Al igual que Jesús, quien mostró compasión sanando a los enfermos, como se relata en Mateo 14:14, Amanda busca tener un impacto significativo en su comunidad, ofreciendo apoyo y consuelo a quienes más lo necesitan. Hechos 20:35 nos enseña la alegría de dar: "Hay más dicha en dar en recibir". Amanda ha experimentado esta alegría, y descubrió que al servir con generosidad, las bendiciones y la satisfacción recibidas superan cualquier expectativa.
Al emular a Jesús con un servicio desinteresado y una compasión genuina, Amanda no solo cumple con su misión cristiana, sino que también descubre las profundas recompensas y la alegría que nacen al ponerse al servicio de los demás.
Oración: Querido Dios, ayúdame a ser un fiel administrador de tu gracia, y usar mis dones para tener un impacto positivo en quienes me rodean.