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La vida de un adolescente está llena de desafíos, cambios y momentos de incertidumbre. En medio de este viaje, es fundamental encontrar fortaleza y guía en la fe. Hoy nos sumergiremos en Éxodo 23:25 para descubrir como Dios es nuestro sanador y protector en todas las etapas de la vida, incluso en la adolescencia. ¿Qué principios aprendemos de este versículo?
Adoración a Dios. El versículo comienza diciendo: "Adora al SEÑOR tu Dios". Esto nos recuerda la importancia de mantener una relación cercana con Dios a lo largo de nuestra vida. La adoración y la oración son formas de conectarnos con él y buscar su dirección.
Necesidades básicas. Dios promete bendecir nuestro pan y nuestra agua, lo cual simboliza todas nuestras necesidades fundamentales. Sin duda, no hay detalle pequeño en la vida que escape a su atención. En la adolescencia, cuando estamos creciendo y enfrentando desafíos en nuestra salud y bienestar, podemos confiar en que Dios cuidará de nosotros.
Protección contra enfermedades. El versículo termina con una promesa reconfortante: Dios apartará de nosotros toda enfermedad. Esto no significa que nunca enfrentaremos enfermedades físicas, sino que Dios estará con nosotros aún en esos momentos, brindándonos fortaleza y sanidad.
En pocas palabras, Dios nos guía y nos protege, ilumina nuestro camino y aleja las enfermedades del alma y del cuerpo. Al darle culto, buscar su guía y confiar en su promesa de cuidarnos, podemos caminar con confianza en la luz de su amor y gracia, sabiendo que está siempre con nosotros.
Oración: Querido Dios, te agradezco por ser mi Sanador y Protector. En esta etapa de la vida, llena de cambios y desafíos, te pido que ilumines mi camino con tu luz y me guíes en cada paso que doy.