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Lecciones de Juan el Bautista

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"A él le toca crecer y a mí, menguar" (Juan 3:30).

En el remoto desierto de Judea, hace más de dos mil años, vivía un hombre llamado Juan. Su vida (estaba, marcada por una vestimenta austera y una dieta sencilla, lo que lo diferenciaba del mundo que lo rodeaba. Sin embargo, que realmente destacaba a Juan era su misión clara y poderosa: preparar el camino para el Mesías, Jesús.

Bautizando a la gente en el río Jordán como un símbolo de arrepentimiento y perdón de pecados, Juan anunció la llegada inminente de Jesús. Su humildad y valentía le ganaron el respeto y la admiración de muchos. A medida que Jesús comenzó su ministerio, Juan comprendió con profunda humildad que era necesario que Jesús creciera en influencia y relevancia, mientras que él mismo debía disminuir.

La historia de Juan el Bautista nos invita a reflexionar sobre la importancia de preparar el camino para el Señor en nuestra propia vida. Así como Juan, debemos cultivar la humildad, y reconocer que hay un propósito más grande que nosotros mismos. ¿Cómo podemos, en nuestra vida diaria, allanar el camino para Jesús?

Podemos empezar por buscar oportunidades para ser ejemplos de humildad y valentía en nuestro entorno. En un mundo saturado de distracciones y obsesionado con la autoafirmación, podemos destacarnos al centrarnos en el mensaje de Jesús y al vivir de acuerdo con sus enseñanzas.

Para seguir el ejemplo de Juan el Bautista, necesitamos examinar con cuidado nuestra vida y decidir en qué áreas podemos infundir una mayor dosis de humildad y valentía para cumplir con nuestro llamado. Podría ser en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, o incluso en nuestra forma de interactuar con el mundo digital.

Oración: Dios misericordioso, te agradezco por la vida de Juan el Bautista y su valiente llamado a preparar el camino para Jesús.

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