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¿Alguna vez te has sentido como en una búsqueda épica, tratando de hallar algo genuino y real? Bueno, así me siento yo con la Iglesia Adventista del Séptimo Día. No es solo un grupo; es una familia en la que todos estamos conectados por vivir la verdad como la presenta la Biblia.
Imagina que estás leyendo Apocalipsis 14:6 y, de repente, ves a un ángel esparciendo el evangelio eterno como si fuera una nueva canción. Esa imagen me impactó, como si Dios me estuviera diciendo: "Es tu turno para compartir el mensaje".
Ahora, piensa en el sábado como el día más especial de la semana. No solo es para desconectar, sino para reconectar con el más grande, Jesús. Es como si presionaras el botón de pausa en tu juego favorito para apreciar la vida fuera de la pantalla y recargar tus energías en la presencia de Dios.
Saber que tu cuerpo es templo del Espíritu Santo, como dice en 1 Corintios 6:19 y 20, es como una notificación de que debes cuidarlo como si fuera un tesoro. Mantenerse saludable es una manera de agradecer a Dios con el corazón.
Aumentar tu conocimiento bíblico es nivelarte para arriba en la vida. No se trata solo de compartir versículos con todo el mundo, sino de captar los principios te llevan a una vida plena en Cristo.
Finalmente, piensa en la Iglesia Adventista como el mejor grupo de apoyo. No están solo en las reuniones de los sábados, sino todos los días, listos para levantarte el ánimo y, ¿por qué no?, hasta para hacer un TikTok o dos celebrando la fe.
Y así, en este camino, encuentras un lugar que es más que un edificio; es una familia espiritual donde compartimos una conexión auténtica por la fe en Cristo y donde vivimos por la guía de las Escrituras. No importa en qué parte del camino espiritual estés, siempre hay un espacio para ti, para buscar a Dios con todo el corazón y encontrarlo esperándote con los brazos abiertos.
Oración: Padre amoroso, gracias por el camino por el que me has guiado a través de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.