El licuado de papá

El invierno parecía mucho más frío aquel año. Las tres hermanas tuvieron que esforzarse para levantarse para ir a la escuela. seguro que una gelatina se congelaría afuera! Esa idea hizo reír a las niñas mientras se ponían el uniforme por encima del pijama (algo que solo hacían en los días muy fríos).

Papá ya estaba en la cocina preparando pan de queso, frutas y... licuado de ¡aguacate! Sé que algunos podrían decir «uuuuuu» y otros podrían hacer caras, como hicieron las hermanas. Papá no notó sus miradas y sirvió en las tazas. ¡Las chicas vaciaron sus tazas en un santiamén! A ellas les gustaban varios licuados: de banana, de manzana, de durazno... El de aguacate no era su favorito, pero el papá lo había preparado con tanto amor, y se había levantado tan temprano ese día frío, que no se negaron a beberlo.

El amor puede demostrarse con un licuado de aguacate en invierno, con un abrazo, una sonrisa, una oración o incluso al jugar con un compañero que parece no tener amigos. ¡Hay un Padre que nos cuida en todas las estaciones del año! En Dios podemos aprender cada día, haga frío o calor, cómo amar más a las personas.

Mi oración: Querido Dios, ayúdame a demostrar amor por las personas.

¿Qué te parece si preparas una receta en familia hoy? ¡Elige algo que les guste a todos!

Amor. Hacer cosas amables por las personas; cuidar a los demás y respetarlos como a nosotros mismos. Ternura, dedicación. Reírnos juntos al final de una tarde.