|
Ayer vi un video de un niño que estaba llorando mucho. Lloraba mientras le contaba a su mamá que los niños de la escuela fueron malvados, no le dejaban jugar en el recreo y le decían cosas horribles. Él tenía enanismo y por eso se burlaban de su tamaño. La mamá calmó al hijo, pero se quedó triste porque las personas en el mundo pueden ser malas, incluso los niños.
Jesús nos enseña que debemos decir siempre palabras amables y demostrar amabilidad. Así actuaba él. Las personas de aquella época se sorprendían con Jesús, porque cenaba con algunos hombres y mujeres que eran despreciados: enfermos, extranjeros, gente de todo tipo. ¡Él era amigo de todos!
Burlarse, maltratar y ofender a los compañeros es una práctica horrible y tiene nombre: acoso. Jamás debemos agredir a las personas; ¡nadie quiere que lo traten mal! De la misma manera como tú mereces respeto y esperas ser bien recibido y tener amigos, ¡tus compañeros también! Entonces no te quedes solo con tu grupo de siempre, involucra a más compañeros, sé amigo de todos, intenta hacer que alguien sonría gracias a tu respeto y tu amabilidad. Ser grande es tener grandeza en el actuar, en el hablar. No importa tu tamaño, no importa el tamaño de tu compañero: ustedes serán grandiosos cuando decidan ser amigos de todos.
Mi oración: Señor, quiero ser como Jesús, amigo de todos. Quiero tu ayuda para ser más amable. ¡Amén!
¿Cuándo fue la última vez que hiciste un nuevo amigo? Piensa en alguien e invierte en una nueva amistad.
Acoso: Acciones que hacen que los compañeros se pongan tristes e incluso lloren; tratar a las personas de manera grosera.